Reflexión sobre la enseñanza de la lengua
Posted: 27 Feb 2013, 23:55
Este tema pretende ser una reflexión sobre la enseñanza de la lengua en la educación primaria y secundaria, puesto que es un tema que domino ya que llevo dos filologías a la espalda además de prácticas en un instituto y dando a particulares. En concreto esta reflexión la escribí hace un par de meses para la universidad, de modo que se puede hacer pesada (a pesar de que la he reducido) y de antemano os pido perdón. Un usuario del foro me ha pedido que abra un mensaje hablando de la importancia del uso correcto de la lengua y me parece buena idea empezar con esto. He marcado las partes esenciales para hacer la lectura más fácil.
Todos os quejáis (y nos quejamos) de lo mismo, que en las clases de lengua todo gira en torno a la sintaxis y esto es algo que tiene poco peso en la vida cotidiana. Otra de las quejas comunes es que la literatura resulta aburrida, y en esto también estoy de acuerdo (no porque lo sea sino porque los profesores hacen que lo sea). La enseñanza de la gramática española a los estudiantes nativos es necesaria porque la lengua es la llave que abre las puertas del resto de saberes y conocimientos y es por tanto la base del resto de asignaturas. El problema hoy en día, más que la gramática en sí, es la metodología que se emplea para enseñar gramática a los adolescentes. Los métodos de enseñanza del español como lengua extranjera han ido variando en las últimas décadas pero no ocurre lo mismo con la enseñanza de la gramática y la sintaxis a los estudiantes nativos. En plena época del enfoque comunicativo en que se busca no saber cosas sino saber hacer cosas y trabajar las competencias resulta una contradicción enseñar gramática de la forma en que actualmente se hace, de forma mecánica y siguiendo los mismos métodos que los profesores usaban cuando estos eran pequeños.
La gramática que debería enseñarse es aquella que les sea útil a los alumnos para comunicarse eficaz y adecuadamente en su día a día y aquella que les haga reflexionar sobre cómo actúa algo que constantemente están usando pero cuyo funcionamiento desconocen: su lengua en particular y el lenguaje humano en general. Por mostrar un ejemplo, es indispensable que conozcan qué es el complemento directo y el indirecto para evitar que tengan problemas de leísmo y laísmo, o que conozcan los tiempos verbales para que esto les facilite la enseñanza de la gramática de otros idiomas y les sirva como base, pero quizá no lo es tanto que aprendan sobre la deixis. También es importante que conozcan la gramática descriptiva además de la prescriptiva o normativa; la primera para que aprecien las diferencias y la riqueza que se da en las diferentes zonas hispanohablantes y según los diferentes niveles socioculturales de la población, y la segunda para que los alumnos sepan utilizar el registro y vocabulario que deben utilizar en su vida académica y profesional.
Conocer y querer aprender es una característica innata del ser humano, los niños nos bombardean con preguntas que se encadenan unas a otras porque quieren saberlo todo y tienen incluso preguntas que a ningún adulto se ha ocurrido hasta entonces (como por qué “efectivamente” no lleva tilde y “reconociéndole” sí, cuando las dos son palabras sobreesdrújula y esdrújula respectivamente). Nuestro sistema educativo adormece y aburre a lo que eran pequeños y posibles genios sedientos de conocimiento al otorgarles un rol pasivo que poco a poco va perdiendo la capacidad de pensar por sí mismo. La gramática en la escuela debería dar respuesta a todo aquello que los niños y jóvenes se plantearon algún día cuando sus padres los corregían al hablar (como por qué se utiliza la forma “yo soy” y no “ero”). Muy lejos de eso, las clases de gramática resultan tediosas y monótonas, resultado de ejercicios repetitivos con oraciones muchas veces tan forzadas e irreales que solo las encontramos en los libros que utilizan los niños para aprender a leer.
La lengua es la base del resto de asignaturas y por tanto el resto de docentes de otras áreas debería darle la misma importancia que un profesor de lengua a la puntuación, errores ortográficos o de acentuación y a la mala expresión para que los alumnos sean conscientes de la importancia que tiene en todos los ámbitos seguir y respetar las reglas y las consecuencias que se derivan de su incumplimiento. A veces solo cuando uno es consciente de la importancia y repercusión que tiene un tema concreto en la sociedad empieza a interesarse por ello, y pocos temas son tan comunes y están tan en contacto con el hombre como es el lenguaje y la comunicación. Debemos hacer conscientes a los alumnos de que al hablar estamos constantemente usando reglas gramaticales, que la asignatura no consiste en aprender una serie de reglas en abstracto que solo van a utilizar el día del examen y que de la observación del lenguaje y del uso que de él hacemos los hablantes surgen esas reglas, no al revés. Para ello sería interesante mostrarles ejemplos de cómo ha ido cambiando la lengua a lo largo de los siglos y cómo han sido los hablantes los que han provocado los cambios. No se trata de que sean expertos en gramática histórica o comparada, pero unas breves nociones de la historia de su lengua y cómo funcionan en general les pueden interesar. En parte les gustará saber que ellos mismos tienen un papel activo en su lengua y que los errores que cometan hoy pueden ser aciertos el día de mañana si se extienden y todos los cometemos.
No les falta razón a las voces que se oponen a la enseñanza de la gramática en la asignatura de Lengua y literatura. En mi opinión es cierto que se le da una importancia excesiva al estudio de las sintaxis y algo de lo que frecuentemente se quejan los alumnos es de los distintos métodos que tienen que emplear según el profesor que los evalúe (diagramas arbóreos, líneas o cajas para la sintaxis, o distintos métodos de hacer comentarios de texto), haciendo que muchos consideren la lengua una materia odiosa y hasta contradictoria. Las clases deberían dar una mayor importancia a aspectos como la sociolingüística, lingüística textual o la pragmática porque les serían útiles a los alumnos, que deben darse cuenta de que estamos rodeados de lenguaje (verbal o no) y que es vital que manejen una serie de herramientas básicas para poder entender sus mecanismos. La labor de los docentes debería ser hacer conscientes a los alumnos de que algún día van a ser publicistas, psicólogos, políticos, guionistas, abogados, periodistas y críticos de arte que van a manejar el lenguaje cada día para persuadir y lograr sus objetivos profesionales, y por lo tanto deben conocer bien esta herramienta que les va a ser fundamental.Es importante que escriban y redacten textos periódicamente y que el profesor los revise para detectar fallos y corregirlos cuanto antes. Las clases en la mayoría de ocasiones y materias suelen ir en una sola dirección: profesor habla y estudiantes escuchan, haciendo que sea difícil corregir su manera de hablar. Debemos tener en cuenta que cada alumno proviene de un contexto sociocultural distinto y que los errores que los alumnos cometen por contagio de sus familiares y amigos no se los van a corregir esos mismos familiares y amigos, que no suelen ser conscientes de sus propios errores, de modo que es el profesor muchas veces el que detecta y modifica los malos hábitos; por ello es esencial que tengan la oportunidad de hablar en clase y escribir en casa.
Pero la gramática no debe enseñarse a cualquier edad, hasta los 12 años se debe trabajar la lectura y escritura y solo a partir de entonces se puede y debe enseñar gramática. Esta idea se asienta sobre la presuposición de que los alumnos cuando entran en la ESO saben leer y escribir correctamente, pero esta es errónea. Ni los jóvenes ni los adultos muchas veces saben lo que leen, y esto es algo de lo que uno se da especialmente cuenta cuando hace encuestas o corrige exámenes y se encuentra con respuestas que no resultan válidas por dar algo diferente a lo que se les pide.Los jóvenes no entienden lo que leen, y por tanto los profesores —no solo los de Lengua y literatura sino los de todas las materias— deben poner énfasis en las habilidades lectoras, porque el alumno que no comprende lo que lee tiene todas las posibilidades de ser una víctima más del fracaso escolar ya que le costará el doble estudiar y no responderá a lo que se le pregunta en las pruebas escritas. Los docentes deben trabajar este aspecto por encima de los demás, porque quien sabe leer y disfruta haciéndolo asimila las estructuras de la gramática en su cabeza, interioriza la ortografía de las palabras sin necesidad de memorizar reglas que no entiende y mejora su expresión escrita al conocer diferentes géneros y registros, y todo eso sin demasiado esfuerzo. Por esta razón es importante combinar y armonizar la lengua y la literatura, que participan una de la otra.
La definición de gramática no debe ser solo “el arte de enseñar a hablar correctamente” como se ha dicho tradicionalmente, sino que debe ir más allá y proporcionar a los estudiantes las bases para que conozcan el funcionamiento del lenguaje humano y de la lengua española en particular, porque no es solo un arte sino también una ciencia. La falta de contexto es uno de los principales errores que se cometen en las clases de Lengua, ya que los ejercicios y actividades están planteados de una forma en que los alumnos no son capaces de ver de qué manera aprender un concepto puede serles útil o ventajoso en otros ámbitos o materias o cómo puede relacionarlo con otros conceptos de la misma asignatura. Los alumnos encontrarán más interesante aprender qué es el complemento directo o el de régimen si se relaciona estos conceptos con el dequeísmo, ya que es uno de los errores más generalizados en español, o pondrán más atención al conocer cómo tiene que realizarse la concordancia cuando se les presenten artículos publicados en el periódico o fragmentos de programas televisivos con errores de este tipo y tengan ellos mismos que buscarlos y justificarlos. Igualmente los alumnos pondrían más interés en conocer la diferencia entre adjetivo y sustantivo al saber que en inglés el adjetivo precede al sustantivo, es importante trabajar la interdisciplinariedad en la medida de lo posible, ya que fuera del aula todos los campos se encuentran interrelacionados.
No debemos cometer los errores que nuestros profesores cometieron con nosotros en la generación que debemos educar, debemos aprender de ellos para evitarlos y formar futuros adultos que posean un conocimiento básico sobre nuestra lengua. Si los adultos de hoy odiábamos aprender y repetir las reglas de ortografía y acentuación, ¿por qué someter a esta tortura a los jóvenes de hoy? Los alumnos se quedarán más fácilmente con las reglas de utilización de la h si les explicamos que esta grafía viene de la f inicial latina, que se aspiró durante un tiempo y que ahora la conservamos solo en grafía como homenaje de lo que un día fue y por el empeño que se puso en no perder la conexión del español con el latín, la lengua que se consideró durante mucho tiempo la más perfecta de todas. Evidentemente los adolescentes por regla general no saben casi nada por desgracia del latín, pero conocer las motivaciones de las reglas los pueden hacer interesarse por ellas y además aumentará su curiosidad por conocer el pasado de su cultura.
Retomando la pregunta inicial, enseñar gramática no debe consistir por tanto solo en exponer una serie de reglas y definiciones sobre el funcionamiento y las reglas de combinación de morfemas, grafías, fonemas y sintagmas sino que debe ser una invitación a la reflexión para los jóvenes estudiantes. Las lenguas son organismos vivos que constantemente se están transformando, muriéndose en ocasiones, contagiándose de otras lenguas y amoldándose al uso que de ella hacen sus hablantes; son monumentos humanos y herencia cultural de los distintos grupos sociales que se han ido creando a lo largo de la historia de la humanidad. Conocer el funcionamiento de nuestra lengua —y por extensión del lenguaje humano— es conocer cómo piensa el hombre y por tanto es una ayuda para conocernos a nosotros mismos, y esta es la idea que debemos transmitir a los estudiantes de nuestra lengua y nunca perder de vista los que nos dedicamos o vamos a dedicar a la enseñanza de la lengua.
Todos os quejáis (y nos quejamos) de lo mismo, que en las clases de lengua todo gira en torno a la sintaxis y esto es algo que tiene poco peso en la vida cotidiana. Otra de las quejas comunes es que la literatura resulta aburrida, y en esto también estoy de acuerdo (no porque lo sea sino porque los profesores hacen que lo sea). La enseñanza de la gramática española a los estudiantes nativos es necesaria porque la lengua es la llave que abre las puertas del resto de saberes y conocimientos y es por tanto la base del resto de asignaturas. El problema hoy en día, más que la gramática en sí, es la metodología que se emplea para enseñar gramática a los adolescentes. Los métodos de enseñanza del español como lengua extranjera han ido variando en las últimas décadas pero no ocurre lo mismo con la enseñanza de la gramática y la sintaxis a los estudiantes nativos. En plena época del enfoque comunicativo en que se busca no saber cosas sino saber hacer cosas y trabajar las competencias resulta una contradicción enseñar gramática de la forma en que actualmente se hace, de forma mecánica y siguiendo los mismos métodos que los profesores usaban cuando estos eran pequeños.
La gramática que debería enseñarse es aquella que les sea útil a los alumnos para comunicarse eficaz y adecuadamente en su día a día y aquella que les haga reflexionar sobre cómo actúa algo que constantemente están usando pero cuyo funcionamiento desconocen: su lengua en particular y el lenguaje humano en general. Por mostrar un ejemplo, es indispensable que conozcan qué es el complemento directo y el indirecto para evitar que tengan problemas de leísmo y laísmo, o que conozcan los tiempos verbales para que esto les facilite la enseñanza de la gramática de otros idiomas y les sirva como base, pero quizá no lo es tanto que aprendan sobre la deixis. También es importante que conozcan la gramática descriptiva además de la prescriptiva o normativa; la primera para que aprecien las diferencias y la riqueza que se da en las diferentes zonas hispanohablantes y según los diferentes niveles socioculturales de la población, y la segunda para que los alumnos sepan utilizar el registro y vocabulario que deben utilizar en su vida académica y profesional.
Conocer y querer aprender es una característica innata del ser humano, los niños nos bombardean con preguntas que se encadenan unas a otras porque quieren saberlo todo y tienen incluso preguntas que a ningún adulto se ha ocurrido hasta entonces (como por qué “efectivamente” no lleva tilde y “reconociéndole” sí, cuando las dos son palabras sobreesdrújula y esdrújula respectivamente). Nuestro sistema educativo adormece y aburre a lo que eran pequeños y posibles genios sedientos de conocimiento al otorgarles un rol pasivo que poco a poco va perdiendo la capacidad de pensar por sí mismo. La gramática en la escuela debería dar respuesta a todo aquello que los niños y jóvenes se plantearon algún día cuando sus padres los corregían al hablar (como por qué se utiliza la forma “yo soy” y no “ero”). Muy lejos de eso, las clases de gramática resultan tediosas y monótonas, resultado de ejercicios repetitivos con oraciones muchas veces tan forzadas e irreales que solo las encontramos en los libros que utilizan los niños para aprender a leer.
La lengua es la base del resto de asignaturas y por tanto el resto de docentes de otras áreas debería darle la misma importancia que un profesor de lengua a la puntuación, errores ortográficos o de acentuación y a la mala expresión para que los alumnos sean conscientes de la importancia que tiene en todos los ámbitos seguir y respetar las reglas y las consecuencias que se derivan de su incumplimiento. A veces solo cuando uno es consciente de la importancia y repercusión que tiene un tema concreto en la sociedad empieza a interesarse por ello, y pocos temas son tan comunes y están tan en contacto con el hombre como es el lenguaje y la comunicación. Debemos hacer conscientes a los alumnos de que al hablar estamos constantemente usando reglas gramaticales, que la asignatura no consiste en aprender una serie de reglas en abstracto que solo van a utilizar el día del examen y que de la observación del lenguaje y del uso que de él hacemos los hablantes surgen esas reglas, no al revés. Para ello sería interesante mostrarles ejemplos de cómo ha ido cambiando la lengua a lo largo de los siglos y cómo han sido los hablantes los que han provocado los cambios. No se trata de que sean expertos en gramática histórica o comparada, pero unas breves nociones de la historia de su lengua y cómo funcionan en general les pueden interesar. En parte les gustará saber que ellos mismos tienen un papel activo en su lengua y que los errores que cometan hoy pueden ser aciertos el día de mañana si se extienden y todos los cometemos.
No les falta razón a las voces que se oponen a la enseñanza de la gramática en la asignatura de Lengua y literatura. En mi opinión es cierto que se le da una importancia excesiva al estudio de las sintaxis y algo de lo que frecuentemente se quejan los alumnos es de los distintos métodos que tienen que emplear según el profesor que los evalúe (diagramas arbóreos, líneas o cajas para la sintaxis, o distintos métodos de hacer comentarios de texto), haciendo que muchos consideren la lengua una materia odiosa y hasta contradictoria. Las clases deberían dar una mayor importancia a aspectos como la sociolingüística, lingüística textual o la pragmática porque les serían útiles a los alumnos, que deben darse cuenta de que estamos rodeados de lenguaje (verbal o no) y que es vital que manejen una serie de herramientas básicas para poder entender sus mecanismos. La labor de los docentes debería ser hacer conscientes a los alumnos de que algún día van a ser publicistas, psicólogos, políticos, guionistas, abogados, periodistas y críticos de arte que van a manejar el lenguaje cada día para persuadir y lograr sus objetivos profesionales, y por lo tanto deben conocer bien esta herramienta que les va a ser fundamental.Es importante que escriban y redacten textos periódicamente y que el profesor los revise para detectar fallos y corregirlos cuanto antes. Las clases en la mayoría de ocasiones y materias suelen ir en una sola dirección: profesor habla y estudiantes escuchan, haciendo que sea difícil corregir su manera de hablar. Debemos tener en cuenta que cada alumno proviene de un contexto sociocultural distinto y que los errores que los alumnos cometen por contagio de sus familiares y amigos no se los van a corregir esos mismos familiares y amigos, que no suelen ser conscientes de sus propios errores, de modo que es el profesor muchas veces el que detecta y modifica los malos hábitos; por ello es esencial que tengan la oportunidad de hablar en clase y escribir en casa.
Pero la gramática no debe enseñarse a cualquier edad, hasta los 12 años se debe trabajar la lectura y escritura y solo a partir de entonces se puede y debe enseñar gramática. Esta idea se asienta sobre la presuposición de que los alumnos cuando entran en la ESO saben leer y escribir correctamente, pero esta es errónea. Ni los jóvenes ni los adultos muchas veces saben lo que leen, y esto es algo de lo que uno se da especialmente cuenta cuando hace encuestas o corrige exámenes y se encuentra con respuestas que no resultan válidas por dar algo diferente a lo que se les pide.Los jóvenes no entienden lo que leen, y por tanto los profesores —no solo los de Lengua y literatura sino los de todas las materias— deben poner énfasis en las habilidades lectoras, porque el alumno que no comprende lo que lee tiene todas las posibilidades de ser una víctima más del fracaso escolar ya que le costará el doble estudiar y no responderá a lo que se le pregunta en las pruebas escritas. Los docentes deben trabajar este aspecto por encima de los demás, porque quien sabe leer y disfruta haciéndolo asimila las estructuras de la gramática en su cabeza, interioriza la ortografía de las palabras sin necesidad de memorizar reglas que no entiende y mejora su expresión escrita al conocer diferentes géneros y registros, y todo eso sin demasiado esfuerzo. Por esta razón es importante combinar y armonizar la lengua y la literatura, que participan una de la otra.
La definición de gramática no debe ser solo “el arte de enseñar a hablar correctamente” como se ha dicho tradicionalmente, sino que debe ir más allá y proporcionar a los estudiantes las bases para que conozcan el funcionamiento del lenguaje humano y de la lengua española en particular, porque no es solo un arte sino también una ciencia. La falta de contexto es uno de los principales errores que se cometen en las clases de Lengua, ya que los ejercicios y actividades están planteados de una forma en que los alumnos no son capaces de ver de qué manera aprender un concepto puede serles útil o ventajoso en otros ámbitos o materias o cómo puede relacionarlo con otros conceptos de la misma asignatura. Los alumnos encontrarán más interesante aprender qué es el complemento directo o el de régimen si se relaciona estos conceptos con el dequeísmo, ya que es uno de los errores más generalizados en español, o pondrán más atención al conocer cómo tiene que realizarse la concordancia cuando se les presenten artículos publicados en el periódico o fragmentos de programas televisivos con errores de este tipo y tengan ellos mismos que buscarlos y justificarlos. Igualmente los alumnos pondrían más interés en conocer la diferencia entre adjetivo y sustantivo al saber que en inglés el adjetivo precede al sustantivo, es importante trabajar la interdisciplinariedad en la medida de lo posible, ya que fuera del aula todos los campos se encuentran interrelacionados.
No debemos cometer los errores que nuestros profesores cometieron con nosotros en la generación que debemos educar, debemos aprender de ellos para evitarlos y formar futuros adultos que posean un conocimiento básico sobre nuestra lengua. Si los adultos de hoy odiábamos aprender y repetir las reglas de ortografía y acentuación, ¿por qué someter a esta tortura a los jóvenes de hoy? Los alumnos se quedarán más fácilmente con las reglas de utilización de la h si les explicamos que esta grafía viene de la f inicial latina, que se aspiró durante un tiempo y que ahora la conservamos solo en grafía como homenaje de lo que un día fue y por el empeño que se puso en no perder la conexión del español con el latín, la lengua que se consideró durante mucho tiempo la más perfecta de todas. Evidentemente los adolescentes por regla general no saben casi nada por desgracia del latín, pero conocer las motivaciones de las reglas los pueden hacer interesarse por ellas y además aumentará su curiosidad por conocer el pasado de su cultura.
Retomando la pregunta inicial, enseñar gramática no debe consistir por tanto solo en exponer una serie de reglas y definiciones sobre el funcionamiento y las reglas de combinación de morfemas, grafías, fonemas y sintagmas sino que debe ser una invitación a la reflexión para los jóvenes estudiantes. Las lenguas son organismos vivos que constantemente se están transformando, muriéndose en ocasiones, contagiándose de otras lenguas y amoldándose al uso que de ella hacen sus hablantes; son monumentos humanos y herencia cultural de los distintos grupos sociales que se han ido creando a lo largo de la historia de la humanidad. Conocer el funcionamiento de nuestra lengua —y por extensión del lenguaje humano— es conocer cómo piensa el hombre y por tanto es una ayuda para conocernos a nosotros mismos, y esta es la idea que debemos transmitir a los estudiantes de nuestra lengua y nunca perder de vista los que nos dedicamos o vamos a dedicar a la enseñanza de la lengua.