Una voz se oía con cierto eco en la sala donde se reunían todos. Dicha voz a medida que se oía amplificaba su tono segundo a segundo
"¿Alguien me ha nombrado?"
Desde el cielo, como un verdadero dragón, caía Bahamut Tenebra con cierto estilo, acompañado de un pequeño halo de luz que desprendía de sus brazos, dejando tras de sí una estela luminosa que hacia de su aterrizaje un bello espectáculo.
A pocos segundos y metros de llegar al suelo, unas alas blancas formadas únicamente por luz aparecieron en la espalda de Bahamut, las cuales, de un solo aleteo le ayudaron a frenar la caída y tener un aterrizaje cómodo.
Tenebra clavó su mirada en los ojos de
Pappapishu.
"No soy un dragón más. Soy el dragón definitivo"
Bahamut le dio la espalda al bando de la Cofradía Oscura para dirigirse al de la luz, su bando en esta guerra.
"Sabía que la luz me resultaría incómoda. Veo que a veces hay que sacrificar tu elemento por el bien común... Más os vale compensarme por este sacrificio"
Terminó de añadir Bahamut Tenebra tras su épica entrada.