[/center]De los 7 personajes jugables en Maniac Mansion (1987), sólo Bernard fue llamado para la secuela, el Day of the Tentacle (1993). Él es como Screech en Salvados por la campana o como Frenchy en Grease. «O como Karl Welter en el proyecto Manhattan», dice él mismo. «Porque fue el único que después trabajó en el menos conocido proyecto El Álamo de fusión nuclear.» Intercambiamos miradas, confundidas. Nerds. En fin.
El caso es que Bernard fue considerado el más carismático o el más popular de los 7 personajes originales, y por ello mereció prolongar su contrato con LucasArts. A él no le gusta presumir, pero reconoce que «cuando tienes que rescatar a una chica de una mansión misteriosa, siempre va bien tener un nerd en tu equipo». Esto nos lo cuenta en su propio apartamento del campus Ron Gilbert, en la Northern California University, donde estudió y ahora ejerce de profesor. Junto a Bernard recordamos la época dorada de las aventuras gráficas (cuando un selecto grupo nos sentíamos especiales por saber cómo mover al primo Ted en la bañera). «El 3D ha hecho tanto por los juegos de acción como ha perjudicado los de pensar», lamenta. «Nuestras aventuras sólo tenían gracia en ordenadores con DOS y paleta CGA.» Por eso Bernard, en su apartamento, escribe su cuarta tesis en un viejo Commodore 64.
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[/center]«NUESTRAS AVENTURAS SÓLO TENÍAN GRACIA EN LA ERA DEL DOS Y LA PALETA CGA», DICE BERNARD. POR ESO ÉL ESCRIBE SU CUARTA TESIS EN UN VIEJO COMMODORE 64.
No podemos decirle adiós sin informarnos de qué fue de los otros seis personajes. Razor, la rockera, logró un notable éxito con el primer álbum de su grupo, las Scummettes. Tuvo problemas con las drogas. Huyó de una citación judicial, y ahora hace turismo de mochila por Asia.
Syd, el músico New Wave, dio una gira por Europa y terminó en Ibiza. Hoy posee media isla.
Wendy, la escritora, publica novelas de misterio bajo seis pseudónimos distintos, a razón de una por semana. La llaman «la nueva Jessica Fletcher».
Michael, el fotógrafo, ha sido corresponsal de guerra y es hoy un importante activista gay en San Francisco.
Jeff, el surfero que sólo servía para arreglar el teléfono, adquirió una nueva habilidad, la de atracar bancos, inspirado por Patrick Swayze en Le llaman Bodhi.
Dave, el inútil sin talento alguno, es director ejecutivo de una empresa de software.
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