Bueno, pues aquí viene una pequeña historia que he escrito yo sobre como nació el mundo y todo lo que vive en él. En un relato improvisado y escrito sobre la marcha, así que la escritura no está muy cuidada
Se nota bastante que está basado en final fantasy III con ciertos elementos correspondientes a otros videojuegos de la saga. Espero que os guste, o que simplemente no os desagrade
[center]PARTE 1:Los elementos[/center]
El agua es tranquila y fiera. El agua es benevolente, pero no tiene piedad.El agua purifica, y ensucia. El agua es vida y es muerte, el agua cae del cielo y emerge de la tierra. Crea y destruye. El agua es el equilibrio perfecto, que mantiene el mundo dentro de la balanza.
El fuego es la emoción. El fuego se extiende con ira, y desaparece cuando su combustible se agota. El fuego es la llama de esperanza que perpetua la vida, que ilumina la noche. El fuego son los sentimientos, avivados por nosotros, extinguidos por nosotros.
El viento es calma y furia. El viento es la fluctuación de todo, la capacidad para adaptarse, la inteligencia que permite sobrevivir, pero también la que arrasa con todo.
La Tierra representa nuestras debilidades, pero también representa las armas para luchar. La Tierra es lo bueno y lo malo.
Un estrecho equilibrio existe entre todos ellos, el que determina si hay vida sobre el mundo. Forman una perfecta sinergia de energía que mantiene todo lejos de la Nada.
[center]PARTE 2:La luz y la oscuridad[/center]
Pero no fueron los elementos lo único que nació de la nada. También aparecieron la luz y la oscuridad. Misteriosas fuerzas que se encargaban de mantener el orden y de crear caos en el mundo, respectivamente.
Ambas son un todo. Son lo mismo pero también lo opuesto, si una sobresaliese sobre la otra, todo retornaría a como empezó, a la nada.
Aún así, el equilibrio sobre en el que se encontraban ambas se rompía de forma constante, y esos desequilibrios, alteraban el correcto funcionamiento de los elementos, provocando caos cuando la luz brillaba con intensidad, y creando orden cuando la oscuridad ensombrecía todo. Así, la luz y la oscuridad retornaban a su frágil equilibrio.
[center]PARTE 3:Las bestias[/center]
De la luz y la oscuridad surgieron seres, primeras trazas de vida buscando hacer que el equilibrio se rompa hacia su bando, aún a costa de devolver el mundo a la nada. No tenían conciencia de ser, solo eran conscientes de cual era su misión, y vivían por y para eso.
Los elementos nada podían hacer ahora por devolver el equilibrio, roto por "seres vivos". Así, ellos mismo no tuvieron más remedio que adaptar una nueva forma.
El agua se concentró y condensó, y desde las profundidades, Leviatán se alzó majestuoso
El fuego ascendió a los cielos y voló. Aleteó con fuerza y Fénix se alzó, glorioso.
El viento se huracanó y se concentró, y en el ojo del huracán aulló Fenris, advirtiendo de su llegada
La tierra tembló y se fracturó, y de la gran montaña emergió con un rugido Behemot, poderoso
[center]PARTE 4:La vida tras la guerra[/center]
Las cuatro bestias se enzarzaron en una brutal pelea contra los miles de vástagos de la luz y la oscuridad, iniciándose una guerra a tres bandas.
Finalmente, las bestias se proclamaron vencedoras, restaurando el equilibrio entre la luz y la oscuridad.
Pero este choque de poderes tuvo una consecuencia: la sinergia de los cuatro elementos con la luz y la oscuridad no había causado destrucción, pues en el mundo no había nada que destruir. Más bien ocurrió lo contrario: Nacieron las plantas y los animales,seres con poca capacidad cognitiva, si es que la tenían, que no eran conscientes de su propio nacimiento.
Entonces los elementos pactaron proteger la vida, y la Tierra les dio sustento, el aire les dio un espacio donde desarrollarse, el fuego les dio calor, y el agua pasó a formar parte, de una forma u otra, de ellos mismos.
[center]PARTE 5:Los humanos[/center]
Las bestias habían quedado dañadas tras el combate contra la luz y la oscuridad, y necesitarían mucho tiempo para recuperarse.
Por ello, decidieron crear un último ser vivo, uno que se encargase de que el equilibrio no se volviese a romper.
Behemot rasgó la Tierra, de la que emergieron los moldes de sus cuerpos.
Leviatán hizo llover sobre ellos, insuflándoles vida.
Fenris hizo que el aire soplara sobre ellos, concediéndoles la inteligencia y la sabiduría
Fénix voló sobre sus cabezas, desprendiendo un aura llameante, dando a su nueva creación el don de los sentimientos.
Nacieron así los humanos, pero no todo fue como las bestias planearon. Gran parte de la luz y la oscuridad del mundo se introdujo en los humanos, creando la división que erróneamente llamaron "bien y mal". Los humanos no solo tendrían la capacidad para mantener el equilibrio, como quisieron las bestias, sino que también tendrían capacidad para romperlo, y restaurarlo
[center]PARTE FINAL:Descanso[/center]
La suerte estaba echada. Las bestias no podían destruir a los humanos, puesto que si lo hiciesen la luz y la oscuridad volverían a estar libres, y cuando se rompiese el equilibrio, no podrían actuar debido a sus heridas. Todo dependía ahora de los humanos, pero las bestias no lo quisieron dejar todo al azar, y cada una seleccionó a un individuo de esta nueva raza cuyo equilibrio interior fuese perfecto. Así, cada bestia le infundió el poder de su elemento a su elegido, y los nombraron lideres.
Ya nada más podían hacer. La perpetuación de toda existencia dependía ahora de los humanos.
Entonces:
Leviatán se hundió en las profundidades
Behemot se enterró en lo más profundo de la tierra
Fénix ardió, y se refugió en las llamas perpetuas de la zona más recóndita de la Tierra.
Fenris se envolvió en un tornado, y se escondió en la más alta de las montañas.
